Un año de conciertos

Una vez acabado el año en términos de música en directo, hago memoria para visualizar y transcribir los conciertos a los que he asistido y disfrutado, con el ánimo de descubrir nueva música y, si puede ser en directo, la experiencia siempre es más real y vívida.

El año empezó minimalista y glacial con la actuación de Olafur Arnalds en una sala Apolo acondicionada para la ocasión con sillas en la pista de baile. El trío estaba formado por el simpático islandés al piano, un violinista de órdago y un sobrio chelo. Olafur se ganó a los asistentes al pedirnos que entonáramos tres notas a modo de coro, él las grabó y las reprodujo en bucle para la primera canción, para ello usaba un laptop que también servía para lanzar las bases electrónicas que le caracterizan o las gotas de lluvia que adorna alguna de sus canciones. El concierto ganó intensidad con la dedicatoria a su abuela, recientemente fallecida, de la canción que más le gustaba. No se suele hablar de estos temas pero hay que tirarle de las orejas a la sala porque para un concierto tan delicado las puertas del baño de las féminas, en el lateral del escenario, estuvieron chirriando toda la actuación, un poco de 3 en 1 si us plau. Otro ruido incómodo es el obturador de las cámaras de los fotógrafos no profesionales que van a estos conciertos a aprender. Un profesional sacaría fotos en la primera canción y listo, la iluminación era estática y la posición de los músicos era fija.

 La única oportunidad de ver a A winged victory for the sullen en España fue en el festival Eco en el matadero Madrid. Así que hasta allí me desplazé junto a un par de frikis gallegos más para disfrutar del mejor disco del año pasado 2011, un proyecto conjunto de Dustin O´Halloran con su piano y Adam  Wiltzie de Stars of the lid con su guitarra, acompañados por un trío de cuerdas. Este tipo de música minimalista, ambiental o drone necesita de foros con una acústica envolvente, el público debería estar sentado y ser muy respetuoso, algo que solicitó Wiltzie al inicio del evento y que  dos modernillos imbéciles fumados en primera fila reventaron enseguida. Por si fuera poco, era el concierto de cierre y los camareros de las dos barras que estaban detrás se pusieron a limpiar y rellenar las neveras con el ruido de cristales que genera. Para la puntilla, de nuevo un fotógrafo pretendió interponer su ego al disfrute de los demás siendo molesto e inoportuno. Los músicos lo notaron y no comulgaron con el evento tocando poco más de cuarenta minutos con cara de frustración.

Además del concierto de a winged… conocí nuevas propuestas como la música para un ballet moderno acompañado de proyecciones impresionistas de atmósferas oscuras a cargo de Kreng.

 La tercera muesca a reseñar es la oportunidad de ver a Low en sala, pues hasta la fecha los había visto en el auditori del Forum en el dream´s day de radiohead y en el primaverasound en el escenario ATP. Así que la oportunidad se brindó en marzo antes de llevar a cabo una mudanza de 3.000 km.

Probablemente a Alan Sparhawk le ha sentado bien desfogarse con Retribution Gospel Choir, antes tendía al histrionismo con unos tics faciales que acompañados de su slowcore lo hacían único, ahora se le ve más relajado pero siempre enorme como guitarrista. El repertorio fue ajustado al último disco más melódico y comercial que sus primeros estupendos discos. Ver a estos mormones me da más paz espiritual que un millón de curas.

Saltamos hasta la cita ineludible del primaverasound 2012 en el Forum de Barcelona, donde resaltaría los conciertos de la apisonadora euskera Lisabö, la emoción a flor de piel de  Codeine, el homenaje al pop luminoso de Big star´s third, la nueva profesionalidad alegre del Sr Chinarro, el minimalismo maquinal de The field, el licor café sónico de Unicornibot, la obligatoria ceremonia de Shellac, la tensión agresiva de Michael Gira en solitario, el regreso pausado de Jeff Mangum, la resaca grunge de Mudhoney, la catarsis en forma de serpientes vengativas de Sharon van Etten, las arañas ralentizadas de Wilco, las melodías electrónicas de I break horses, el guitarreo compulsivo de Veronica falls y Girls names, la consagración como grupo grande de Beach House, Simon & Garfunk…digo Kings of convenience y sus canciones para ligar con jersey de lana y el fin de fiesta gamberro con los Black lips el domingo en la Apolo añadiendo la fiesta del ascenso a primera del Celta de Vigo.

Un viaje a Viena y mucha suerte proporcionó la oportunidad de ver a Gravenhurst en el Waves festival, el sitio era genial con unas columnas dóricas y unas gradas para sentarse, el público fue respetuoso y callado. Nick Talbot ha vuelto a sus inicios, al folk neblinoso y los arpegios de guitarra acústica. Le acompañaba una bajista que aportaba densidad con un sintetizador, por desgracia tenían la baja del batería lo que también influyó en el repertorio. Tomó una bonita Epiphone Sheraton para cerrar el concierto con «Black hole in the sun» en una versión alargada con distorsión y ruido blanco.

La suerte estuvo de nuevo de mi cara porque conseguimos entradas para ver el cascanueces de Tchaikovsky en la ópera de Viena un espectáculo muy bello y expresivo tanto musical como visualmente.

El último festival del año fue de nuevo la franquicia invernal del primaverasound en Barcelona, el primaveraclub 2012. Empezando con el plato fuerte, el jueves Swans dieron un señor concierto de dos horas donde desplegaron a un volumen brutal una música áspera, seca, contundente, como un mantra pero no espiritual sino terrenal, humano y visceral. Priapismo.

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El viernes Little wings abrieron la jornada con sus canciones de letra interminable y con su característica voz, The monochrome set sonaron plomizos y aburridos todo lo contrario que Redd kross, estos desplegaron su enérgico power pop para hacer bailar al público. Mucha gente se acercó al Sant Jordi Club para ver la alineación de Los planetas, y empezé con el Sr Chinarro que firmó un concierto no tan bueno como en el Forum, su banda cambia mucho de componentes y, en esta versión, el guitarrista no precisó los riffs con la fluidez adecuada. Triángulo de amor bizarro demostraron tener dominada la distorsión que los hace el mejor grupo español en directo, desplegaron sus nuevas canciones y dedicaron el concierto con retranca gallega a Ana Botella. Los planetas culminaron la alineación con su concierto del fin del mundo, dos horas y pico, tres bises, retomaron toxicosmos o la guerra de las galaxias, de viaje, segundo premio, David y Claudia, el artista madridista y santos que yo te pinte engarzadas con su nueva versión flamenco-rock y acompañados de unos visuales muy logrados y que mejoraban la experiencia.

El sábado Toy plasmaron en su directo el motorik que han acuñado en su primer disco, acabaron con el cantante intentando sodomizar su amplificador por los suelos. Deerhof en su línea son mucho más divertidos en directo que en disco, Satomi y su aerobic manga, Saunier, que parece un lateral izquierdo de la selección danesa de balonmano del 88, probablemente es uno de los mejores baterías del mundo y los dos guitarras acompañando esta vez estuvieron poco activos para su nivel de hiperactividad habitual.

El pasado miércoles 12 asistí al que supongo será el último del año y para tan magna ocasión acudí a ver a Michael Nyman. Presentó con su solitario piano un espectáculo de música basado en obras propias para   opera y cine en el pazo de cultura de Pontevedra. En dos partes separadas presentó inicialmente un popurrí de composiciones casi sin pausa cerrando con la conocida canción de “el piano”. La segunda parte presentó proyecciones de video sobre las que el minimalista británico desarrolló composiciones clásicas como las que escribió para películas como las de Peter Greenaway. La música de Nyman desarrolla todo su esplendor con cuerdas y variaciones entrecruzadas al estilo de las fases de Reich, pero en esta ocasión el piano fue el protagonista.

Un año pues, de mucha música en vivo. Aprovecho para felicitaros las fiestas a todos. Gracias por pasar.